Cómo actuar al descubrir que tu hijo consume drogas.
Descubrir que uno de tus hijos consume drogas y está enganchado es uno de los mayores disgustos que se pueden llevar una madre o un padre. No es una situación fácil ni para el que tiene la dependencia ni para los que le rodean, pero cuanto más apoyo reciba de su familia más posibilidades hay de que pueda salir de las drogadicción.
El consumo de drogas puede acabar con la vida de una persona y salir no es fácil, mucho menos cuando se hace en solitario. Cuando su familia se entera está dispuesta a ayudarle y en muchas ocasiones ese es el empujón que un joven necesita para decidirse a salir de este mundo. Sin embargo no es un camino fácil, todo lo contrario. Las tentaciones son muchas y a buen seguro que el ánimo desfallecerá en más de una ocasión pero es posible salir, sobre todo si se sabe cómo.
Cuando una madre, un padre o cualquier otro miembro de la familia sabe que alguien querido tiene una dependencia de drogas pasa por duros momentos. Eso es sabido, pero también que no hay que negar la evidencia. Es lo peor que se puede hacer en estos casos. Lo primero es afrontar el problema, conocerlo y ponerle solución.
Conocer el mundo de las drogas
Entrar en el mundo de la droga puede resultar más fácil de lo que pensamos. Hace unos años era un mundo marginal pero ahora, todo lo contrario. El consumo de ciertas drogas está bien visto por parte de la sociedad, especialmente la que se mueve en los ambientes nocturnos. Son muchos los jóvenes que caen en ellos dejándose llevar por la tendencia, al igual que empiezan a fumar o a consumir alcohol.
En España las drogas más consumidas, y con un alto porcentaje, son el cannabis y la cocaína. Aunque desde que comenzara la crisis se estima que el consumo de estas sustancias ha descendido de manera considerable hay estudios que apuntan a que el 17% de los jóvenes consumen marihuana y, en el caso de la cocaína, el porcentaje bajaría a dos de cada cien.
A pesar de lo que podamos pensar son dos sustancias fáciles de conseguir entre los jóvenes, a quienes les ofrecen probarlo en muchas ocasiones de manera gratuita y luego acaban cayendo en la dependencia. En determinados círculos el consumo de droga se puede llegar a convertir en un hábito social, para evitar la marginación del grupo de amigos.
Es por ello que cuando un padre o una madre es conocedor de que unos de sus hijos consume no ha de echarle toda la culpa a él. Evidentemente tiene parte de responsabilidad, pero también es cierto que se puede haber visto influido por otros. Además, los continuos reproches no es una actitud deseable para ayudar a alguien a desintoxicarse y salir de las drogas.
Primeros pasos
Una vez descubierto que un joven consume drogas y se haya decidido a salir de ellas el apoyo de su familia es fundamental. Por eso que recurrir a los reproches y continuas discusiones entre padres e hijos no es favorable si lo que se busca es acompañarle en su camino de desintoxicación. A buen seguro que será un trecho largo y complicado, tanto para él como para quienes le rodean. Sentirse apoyado y querido por su familia es la mejor de las recompensas.
Es extremadamente difícil salir de una situación de dependencia sin el apoyo de los seres queridos, de ahí que no haya que dudar a la hora de pedir ayuda. Esto puede ser a un padre, una madre, un amigo o un profesional que pueda guiar en el proceso de desintoxicación. Si se siente abandonado en los momentos más duros el salir adelante, resultará aún más duro para los jóvenes que quieren dejar las drogas.
Insistimos en que el camino de la desintoxicación no es fácil ni sencillo y a pesar de la buena voluntad que puede poner la familia no siempre es suficiente. La dependencia es muy fuerte y la tentación de recaer entre los jóvenes es aún mayor ante cualquier mínimo problema.
El primer paso empieza reconociendo la drogodependencia
Ser positivo y concienciarse
La familia y los amigos se convierten en el apoyo que los jóvenes que han decidido salir de las drogas necesitan. Por ello, aunque el ánimo decaiga en algunas ocasiones y se vea un horizonte negro no hay que mostrarse negativo ante ellos. Todo lo contrario. Hay que ser positivo y transmitirle esa idea al que lucha por salir de las drogas.
Al mismo tiempo que hay que apoyarles hay que ser duro y mantenerse inamovible. La voluntad puede flaquear en algún momento porque, en el caso de los padres, es muy duro ver a los hijos en esa situación. Es entonces cuando los seres queridos deben estar ahí, para impedir que recaiga. Las primeras semanas de limpieza serán los más duros, por lo que es importante que haya en todo momento alguien pendiente de quien se está desintoxicando. Es posible que aproveche cualquier momento en solitario para consumir, por lo que puede precisar de una vigilancia durante buena parte del día.
Hablamos de que las primeras semanas son difíciles, pero las restantes tampoco serán un camino de rosas. La desintoxicación es un proceso largo, que puede llevar meses, incluso años. Hay que mentalizarse para ello, tanto el implicado como su familia. En las drogas se puede caer en una noche pero salir de ellas puede llevar años.
Recurrir a profesionales
La familia y el entorno es un importante apoyo para quien quiere dejar de consumir drogas, pero no siempre resultan suficiente. Puede que no tengan los conocimientos ni capacidad necesaria para hacer frente a una situación o como esta o que les llegue a desbordar por lo difícil que resulta.
En ese caso no hay que tener miedo a perder ayuda. Existen clínicas de desintoxicación, profesionales que pueden ayudar con la dependencia y también grupos de apoyo, formados por gente que ha pasado por la misma situación, que pueden complementar al apoyo familiar.
Hay que ser plenamente consciente de que una vez que uno se ha convertido en adicto siempre lo seguirá siendo, aunque aprenderá a controlar sus deseos de consumir droga. Es una lucha consigo mismo a la que deberá hacer frente durante el resto de su vida y en la que su familia será un importante apoyo, pero también es necesario que él sea consciente y sepa que va a ser él, al final, el que tenga que tomar la decisión de volver a consumir o no. Ha de ser él quien diga ¡NO! a caer en la tentación.
Fuente: Bekiapadres
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