Fobia escolar

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Fobia escolar

Qué es la fobia escolar

 

A lo largo de su desarrollo los niños presentan miedos considerados como evolutivos pues pueden entenderse como normales para la etapa en la que se encuentran. Sin embargo, cuando estos miedos no aparecen en dicha etapa, son demasiado persistentes, frecuentes o intensos, tanto como para interferir en el funcionamiento cotidiano del pequeño, pasamos de considerarlos miedos, para pasar a denominarlos ‘fobias’. Por el ámbito al que afecta y sus repercusiones, la fobia escolar es uno de los trastornos de ansiedad infantil más incapacitantes y que afecta de una forma más negativa al desarrollo del pequeño. ¿En qué consiste?

A diferencia del rechazo de ir al cole o los novillos, la fobia escolar se caracteriza por unos nivel de ansiedad intensos ante el hecho de tener que ir al colegio, lo que conduce al niño a evitar esta situación con el conocimiento de los padres o a acudir a la misma experimentando mucho malestar. Es decir, no se trata de que el niño se niegue a ir a la escuela por pereza, desmotivación o desgana, si no que existe un verdadero problema detrás que le genera ese rechazo visceral.

Se calcula que entre un 1-1,5% de los escolares padecen este trastorno, muchos de los cuáles no reciben tratamiento. La fobia social afecta por igual a niños y niñas, a pesar de que algunos estudios señalan que lo hace en mayor medida a las niñas. En lo que la mayoría de los autores están de acuerdo es en que es más frecuentemente en la adolescencia temprana (a partir de los 11 años), si bien puede ocurrir en cualquier momento de la etapa escolar.

La principal consecuencia de la fobia escolar es el retraso del niño a la hora de seguir la programación de la escuela, aumentando las probabilidades de fracaso escolar. Pero, además de en el ámbito escolar, este trastorno puede alterar las relaciones sociales del pequeño, haciendo que éste se sienta desplazado de su grupo de iguales. Ambos hechos hacen que la autoestima del niño disminuya, pudiendo dar lugar a alteraciones emocionales como la depresión infanil.

Síntomas y diagnóstico de la fobia escolar

Algunos padres no saben si están exagerando cuando acuden, generalmente en primer lugar al pediatra, preocupados ante la insistente negativa de su hijo a no querer ir al colegio sospechando una fobia escolar. Otros muchos ni siquiera van a consulta, porque no son capaces de detectarla. Para ayudarte a hacerlo te indicamos los principales síntomas o manifestaciones de un niño con fobia escolar, que orientan a su correcto diagnóstico:

  • Problemas para ir al colegio, que supone ausencias prolongadas del medio escolar (el niño se queda en casa). Estas ausencias son consentidas por los padres.
  • Intenso malestar emocional: temor intenso, irritabilidad o un exceso de quejas físicas (vómitos, dolor de cabeza, dolor de tripa) ante la situación de tener que ir al colegio.

Como podemos observar a la vista de estos criterios, la fobia escolar dista mucho de la mera pereza o conducta negativa del niño a la hora de ir a la escuela, si bien, como veremos a continuación existen otros trastornos de los que es importante diferenciarla.

¿Fobia escolar, rechazo a ir al cole u otros problemas?

Es importante llevar a cabo una adecuado diagnóstico diferencial de la fobia escolar con el fin de no confundirla con otros problemas emocionales y conductuales con los que puede compartir algunas manifestaciones en común:

  • Trastorno por ansiedad de separación: el miedo aparece no sólo ante la situación de ir al colegio, sino ante cualquier circunstancia que implique separarse de las figuras de apego. Suele aparecer antes que la fobia escolar.
  • Absentismo escolar: el niño con absentismo escolar no se queda en casa con el consentimiento de los padres. Este problema conductual suele asociarse con otras conductas disociales como robar, mentir, etcétera.
  • Fobia social: puede encontrarse en la base de la ansiedad o el miedo de ir a la escuela, pero el malestar de la fobia social va más allá que el mero hecho de ir al cole, puesto que el niño lo pasa mal en cualquier circunstancia social fuera y dentro del colegio.
  • Depresión infantil: el niño deprimido no sólo pierde el interés por la escuela, sino también por actividades fuera de ésta (actividades familiares, jugar con amigos, etcétera).
  • Otros trastornos psiquiátricos graves: a diferencia de en la fobia escolar, los niños con trastornos mentales graves presentan alucinaciones o delirios.

Causas de la fobia escolar

La fobia escolar es un trastorno con múltiples causas. A continuación se detallan por orden de frecuencia los principales motivos que pueden dar lugar a que tu hijo tenga pánico a ir a la escuela:

  • Mala experiencia directa en el ámbito escolar: una de las causas clave de la fobia escolar es una mala relación del niño con un profesor o con algunos compañeros, debida a experiencias en las que el pequeño ha manifestado unos niveles elevados niveles de malestar, que intenta evitar no acudiendo al colegio.
  • Mala experiencia observada o contada por otras personas: la transmisión de información o la observación son otro medio de adquisición de fobias. No es necesario que el niño haya tenido una mala vivencia, basta con que la haya observado en otro compañero o se la hayan contado otros amigos o incluso en medios de comunicación. Por ejemplo, que un niño se haya metido con otro, le hayan amenazado o una conducta agresiva por parte del profesor a otro alumno.
  • Refuerzo por parte de la familia: esta causa interviene fundamentalmente en el mantenimiento de la fobia escolar. Aparece cuando al niño se le presta más atención en los momentos que muestra miedo o se queda en casa que cuando no lo hace. De esta manera, el mantenimiento de la fobia le permite obtener ganancias.
  • Rasgos de personalidad del niño: déficit de habilidades sociales, timidez, tendencia al aislamiento, etcétera.

Consejos para afrontar la fobia escolar

La actitud de los padres es fundamental a la hora de detectar y abordar un problema de fobia social. Por un lado no se debe permitir que el niño no vaya a la escuela. Sin embargo, una actitud rígida e impositiva al respecto puede sensibilizar aún más al menor. Es por ello que los padres deben mostrar una actitud comprensiva y de aceptación de lo que al niño le ocurre, pero de “no aprobación” de su comportamiento resultante: no ir a clase. Por ejemplo, pueden usar frases como “Me doy cuenta de que lo pasas mal cuando debes ir al colegio y te comprendo, pero tenemos que buscar la forma para ayudarte a que pierdas el miedo”. O “es importante ir al cole y yo estoy dispuesto a ayudarte de la manera en que lo necesites, pero quedándote en casa no lo estoy haciendo”.

Volver al cole es la terapia más eficaz pues, como en el resto de las fobias, es muy importante ayudar al niño a enfrentarse a su miedo. A la exposición se pueden añadir otras técnicas como la relajación previa en casa para que el niño vaya menos activado, o la visualización emotiva de imágenes agradables (por ejemplo verbalizar al niño las cosas buenas que puede encontrar cuando vaya a clase, así como la forma de resolver las dificultades que podría encontrar allí con su profesor u otros compañeros). Un psicoterapeuta especializado es quien entrena a los padres en la aplicación de estas técnicas.

Si conocemos el motivo por el cual el niño no quiere ir al colegio es importante hablar de esto con él y transmitirlo en la escuela, para que también lo tengan en cuenta facilitándole el terreno en la medida de lo posible (por ejemplo, si hay un niño que le insulta debemos pedir a su tutora que esté especialmente pendiente de dicho niño y del comportamiento de nuestro hijo).

De una manera suave, pero firme, los padres deben insistir en el regreso inmediato del niño a la escuela, por lo que deben explicarle que debe volver al día siguiente y así cumplirlo. Después, es recomendable que durante el camino a la escuela se elija un tema de conversación agradable para vuestro hijo, sin evitar la conversación en caso de que el pequeño exprese su malestar, pero manteniendo la postura de que debe ir a la escuela y afrontar sus miedos.

También es importante que los padres ayuden al niño fuera de casa a pasar más tiempo con otros chicos y chicas de su edad y no tanto con ellos. De esta manera, adquirirá las habilidades sociales adecuadas para relacionarse con sus compañeros de clase.

¿Qué se puede hacer desde el colegio?

El papel que juega el colegio, sus profesores, en la fobia escolar es también fundamental a la hora de detectarla, pero mucho más aún a la hora de eliminarla. La actitud de los docentes debe ser tolerante y comprensiva a la vez que firme respecto a la importancia de acudir al cole todos los días.

La escuela no debe sobreproteger al alumno con fobia escolar, pero sí facilitarle las cosas en la medida de lo posible, colaborando con los padres y un psicólogo especialista. Especialmente si el problema del niño radica en algún aspecto que provenga del colegio, éste deberá hacerse cargo de abordarlo de forma inmediata con el fin de poder facilitar el bienestar del alumno en su aula.

Por otro lado, es importante que los profesores empleen el refuerzo positivo ante la conducta del niño a venir a clase; esto es, nunca hay que ridiculizarle, sino animarle por haber venido, elogiando sus logros y avances en este terreno de una forma sutil, para que no se sienta distinto a sus compañeros.

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