Miedo al parto, ¿cómo evitarlo?

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Miedo al parto, ¿cómo evitarlo?

Miedo al parto, ¿cómo evitarlo?

 

El miedo al parto es un sentimiento muy común en las mujeres, y no solo entre las embarazadas, aunque en su caso se considera normal sentir cierta aprensión, sobre todo durante el tercer trimestre del embarazo, cuando el día del alumbramiento ya está cerca.

 

Este miedo, que en la antigüedad estaba fundado en sólidas razones porque era frecuente que las mujeres –e incluso los bebés– murieran durante el parto, persiste en la actualidad a pesar de los grandes avances que se han producido en la medicina y la introducción de la anestesia epidural, que permite minimizar el dolor.

 

Es un temor que hace que algunas mujeres, aunque deseen tener hijos, eviten quedarse embarazadas y, si se produce un embarazo, exijan que se les practique una cesárea aunque sea innecesaria y, en casos extremos, cuando el miedo se convierte en algo irracional y obsesivo, algunas pueden llegar incluso a interrumpir voluntariamente su embarazo con tal de no parir. Por eso es tan importante saber cómo evitar el miedo al parto.

 

Y es que, como explica el doctor Miguel Álvaro Navidad, médico adjunto en la Fundación Jiménez Díaz, y vocal de la sección de ecografía de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), ‘el estado emocional de la gestante es fundamental para afrontar el parto. La gestante debe encontrarse cómoda y sin otra preocupación que el parto, pues se trata de una etapa de especial trascendencia para ella y para el feto’.

¿Por qué las mujeres tienen miedo al parto?

 

El miedo, en general, es una respuesta biológica del organismo ante situaciones que resultan peligrosas o amenazadoras aunque, como ocurre en el caso del estrés, el peligro no siempre es real, y la intensidad del miedo se debe a la forma en que percibimos esa situación.

 

El miedo al parto está provocado por diversas causas, pero principalmente se debe a que la mujer, embarazada o no, se preocupa en exceso anticipando sucesos negativos que podrían ocurrir durante el parto.

 

El doctor Miguel Álvaro Navidad, médico adjunto en la Fundación Jiménez Díaz, y vocal de la sección de ecografía de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) afirma que ‘el miedo al parto radica en dos circunstancias: la primera en el miedo a lo desconocido -la mujer se encuentra en un entorno desconocido para la mayoría de las gestantes y tiene como principal apoyo la presencia de su pareja- y, la segunda, el miedo a que pueda producirse cualquier complicación’.

 

Es natural tener miedo ante lo desconocido –cuando eres primeriza–, y ante el dolor u otras complicaciones que se podrían presentar, sobre todo si has tenido experiencias previas negativas. Además, todas las madres se preocupan por el bienestar de su bebé, y temen que pueda lesionarse durante el parto, o que nazca con alguna malformación congénita o enfermedad que no se detectó en las pruebas que le realizaron durante el embarazo.

 

La episiotomía y sus posibles secuelas, o sufrir un desgarro, una hemorragia, o cualquier otro problema que afecte a la integridad física, son también las causas que con mayor frecuencia se encuentran detrás del miedo al parto; un miedo que, en algunas mujeres, llega a ser patológico, y se convierte en lo que los especialistas denominan tocofobia.

Tocofobia, o miedo patológico al parto

 

La tocofobia es un miedo patológico al parto; se trata de un pánico irracional que la mujer no puede controlar y que necesita tratamiento. El doctor Miguel Álvaro Navidad, de la Fundación Jiménez Díaz, afirma que “es muy poco frecuente” pero que su tratamiento, “como sucede con otros trastornos de ansiedad, debe ser realizado por psiquiatras y psicólogos, empleando medicación si fuese preciso”.

 

Se denomina tocofobia primaria si la afectada es primeriza, y secundaria cuando la paciente ya ha tenido un parto previo.

 

La tocofobia primaria puede estar relacionada con traumas infantiles o abusos sexuales, y si la mujer padece depresión antes del embarazo, también puede ser un síntoma más de este trastorno emocional. Sin embargo, no tiene por que haber una razón que explique la aparición de tocofobia primaria, que se puede manifestar ya desde la adolescencia. En cuanto estas mujeres comienzan a mantener relaciones sexuales, demuestran una obsesión por los métodos anticonceptivos, porque quieren evitar el embarazo. Si su deseo de tener un bebé se impone al miedo al parto, es habitual que soliciten una cesárea programada.

 

La tocofobia secundaria se produce tras un parto difícil. En este caso, el miedo es la consecuencia de una mala experiencia previa.

 

Como todas las fobias, este miedo excesivo al parto puede ocasionar diversos problemas en la afectada: desde no poder ver cumplido su deseo de ser madre, lo que puede lamentar después cuando biológicamente sea demasiado tarde, hasta someterse a una cesárea sin necesidad, o solicitar una interrupción del embarazo.

 

Un estudio reciente publicado en ‘An International Journal of Obstetrics & Gynaecology’ ha revelado que el miedo al parto y la ansiedad que genera este temor pueden influir negativamente sobre el desarrollo del alumbramiento, aumentando tanto su duración, como la percepción de la intensidad del dolor.

 

Además, los expertos han relacionado la tocofobia con la aparición de hiperémesis gravídica, caracterizada por vómitos más frecuentes e intensos de lo habitual en un embarazo normal, posiblemente debido a un rechazo de la gestación, e incluso a la falta de apego emocional de la embarazada con el feto en desarrollo.

Si el embarazo continúa y la mujer da a luz de forma natural, puede sufrir también un síndrome de estrés postraumático, o tener más posibilidades de desarrollar depresión posparto. En ambos casos, es necesario que la mujer acuda a un especialista

Consejos para superar el miedo al parto

El miedo al parto, y la ansiedad que produce, son perjudiciales y pueden tener consecuencias negativas como ya hemos visto; sin embargo, muchas embarazadas aseguran que no lo pueden evitar. Si eres una de ellas, o ni siquiera te atreves a quedarte embarazada, a continuación te ofrecemos algunos consejos para ayudarte a superar el miedo al parto:

  • Infórmate y asesórate sobre el proceso del embarazo y el parto. Pregunta a tu médico y resuelve todas tus dudas al respecto.
  • En el caso de que ya estés embarazada, asistir a las clases de preparación al parto te ayudará a comprender que se trata de un proceso fisiológico natural, y que no tiene por que requerir ningún tipo de intervención médica. Además, te enseñarán cómo respirar y cómo relajarte, y el parto dejará de ser ‘ese gran desconocido’.
  • La matrona también puede ser de gran ayuda en estos casos. Explícale cómo te sientes, y seguro que te podrá dar buenos consejos basados en su experiencia.
  • Aprende técnicas de relajación, porque contribuyen a reducir la ansiedad y te permitirán controlar tus emociones negativas ante el parto.
  • Recuerda que cada mujer, cada embarazo y cada parto son distintos. Compartir la experiencia con otras mujeres que han pasado por lo mismo puede ayudar en determinados casos, pero no es conveniente que escuches historias de partos difíciles o desagradables.
  • Busca apoyo en tu pareja. También el padre tiene un papel en el embarazo, y compartir con él tus temores te ayudará a tener otra perspectiva.
  • Puedes recurrir a los servicios de una doula, una mujer que acompaña a las embarazadas que están a punto de dar a luz. Ofrecen su apoyo emocional, consejos, y compartir su propia experiencia, ya que por lo general son madres.
  • Si el miedo al parto es muy intenso e interfiere en tu descanso o en tus actividades cotidianas, consúltalo con tu médico; él es quien mejor puede orientarte, o derivarte a un especialista si lo considera necesario.

El doctor Álvaro aconseja aprovechar las visitas al obstetra durante el control del embarazo para preguntar todas aquellas dudas o plantear los miedos que se puedan tener. Además, este especialista siempre recomienda realizar un ‘tour’ por el área obstétrica y maternidad que ofrecen la mayoría de los hospitales, y ‘en el cual las gestantes, acompañadas de sus parejas, pueden conocer las urgencias, los paritorios, la planta de hospitalización y pediatría…’ De este modo, concluye, ‘se familiarizan con el entorno y conocen al personal, y así el día que tengan que acudir al hospital, el nivel de ansiedad disminuye’.

 

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