Verdadero o falso: los mitos más frecuentes sobre el sexo
La sexualidad es uno de los temas que más interés despiertan en la mayoría de los mortales, lo que no quiere decir que exista un conocimiento más o menos exacto entorno a ella. Más bien al contrario, pues pocas cuestiones han generado tal cantidad de mitos, falsas creencias o verdades a medias como todas aquellas que tienen que ver con el sexo. Tanto es así, que muchas teorías sin fundamento, pero que se repiten una y otra vez en conversaciones informales o en películas y programas televisivos, acaban asumiéndose como verdaderas hasta el punto de que se han tenido que realizar estudios científicos para refutarlas.
Preocupados por la deficiente información sexual que los jóvenes reciben de su entorno más cercano, ya sean amigos o incluso revistas dirigidas a adolescentes, tanto femeninas como masculinas, los psiquiatras Aaron Carroll y Rachel Vreeman han recopilado algunos de los mitos o creencias sexuales más populares en su obra Don’t Put That In There. Para comprobar su grado de veracidad, los autores han recurrido a la literatura científica sobre el tema pues, por sorprendente que pueda parecer, existe una gran cantidad de estudios sobre las cuestiones más curiosas y extravagantes.
El sexo, como el deporte, adelgaza
Verdad a medias. Es muy común asociar el sexo con una saludable estrategia para adelgazar, pero pocos son los estudios científicos que han ratificado este extremo. De media, la cantidad de calorías que puede llegar a quemar en cada acto sexual una persona en buen estado físico no es superior a las 85 kcal. Una cifra insuficiente para llegar a la cantidad diaria de ejercicio recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que equivale a mantener una actividad física moderada (caminar, montar en bicicleta…) de al menos 30 minutos. Por tanto, el gasto energético derivado del sexo no basta para adelgazar, si bien ayuda a quemar algunas calorías.
Los hombres están pensando todo el tiempo en sexo
Las píldoras que hoy en día están en el mercado contienen una cantidad de hormonas mucho menor y, por lo tanto, no engordan
Falso. Según una de las encuestas con más participantes realizada sobre este tema, sólo la mitad de los hombres reconoció que pensaba en sexo de forma diaria (una o dos veces al día). El 40% respondió que lo hacen una vez a la semana, mientras que el 10% restante tiene pensamientos sexuales una o ninguna vez al mes.
Estos porcentajes son superiores a los reportados por las mujeres que participaron en la encuesta, aunque las diferencias son menos abismales de lo que comúnmente se cree. Así, el 20% de las mujeres piensa en sexo a diario frente al 67% que lo hace una o dos veces por semana. Por tanto, ni los hombres están pensando todo el tiempo en sexo ni la diferencia con las mujeres es tan extrema como nos suele dictar el imaginario colectivo.
Manos grandes, señal de que el pene es también grande
Falso. La creencia popular relaciona el tamaño de las manos, de los pies y hasta de la nariz con el tamaño del sexo masculino. Aunque parezca sorprendente, este mito asienta sus raíces en un hecho científico, y es que los genes denominados Hox juegan un papel determinante en el desarrollo de los dedos de los pies y las manos, así como del pene y el clítoris. Si bien, el crecimiento de unos poco tiene que ver con el de los otros. Así ha quedado patente en dos investigaciones mediante las que se comparó el tamaño de los pies con el del pene, sin hallar ningún tipo de relación al respecto.
El pico de deseo sexual en los hombres se produce a edades más tempranas que en las mujeres
Verdad a medias. Los niveles máximos de testosterona en los hombres se producen en torno a los 18 años, mientras que el de las mujeres llega con la veintena. Sin embargo, el deseo sexual no sólo depende de los niveles de testosterona asociados a la edad, sino que también influyen otras muchas variables, principalmente, el estado civil.
La dieta mediterránea y el chocolate son afrodisíacos
El gasto energético derivado del sexo no basta para adelgazar, si bien ayuda a quemar algunas calorías
Verdadero (para las mujeres). Algunos de los alimentos que ingerimos pueden influir en nuestro rendimiento sexual. Aunque este no es el caso, por ejemplo, de las ostras, el afrodisíaco favorito desde la mitología griega, sí lo es de otros alimentos de la dieta mediterránea. Un estudio publicado en el International Journal of Impotence Research concluyó que la adopción de este saludable régimen alimenticio por parte de las mujeres que sufrían síndrome metabólico proporcionaba un importante empujón a su interés en el sexo. Por tanto, esta dieta reúne un gran número de alimentos, como las nueces, el aceite y ciertos vegetales que de por sí influyen de manera positiva en la salud sexual.
Respecto al chocolate, tampoco hay duda de sus cualidades, pues contiene una sustancia, la feniletilamina, que es el mismo químico que el cerebro libera cuando nos enamoramos, por lo que ha sido denominado como la “droga del amor”. Según un estudio publicado en el Journal of Sex Medicine, aquellas mujeres que tomaban una onza de chocolate al día disfrutaban de una vida sexual más rica. Para ello, el chocolate ha de ser puro, puesto que sus propiedades antioxidantes aumentan.
Tomar la píldora engorda
Falso. La gran mayoría de los medicamentos tienen efectos secundarios, pero es un mito que algunos de ellos, como la píldora, provoquen un aumento de peso en todas las mujeres que la toman. Esta falsa creencia se extendió a raíz de la composición de las píldoras de primera generación, que contaban con unos niveles muy elevados de estrógenos y progestina, que en algunos casos ocasionaban un aumento de peso. Sin embargo, las píldoras que hoy en día están en el mercado contienen una cantidad de hormonas mucho menor y, por lo tanto, no engordan, tal y como han concluido la mayoría de estudios realizados sobre el tema.
Tener sexo antes de hacer deporte es malo
Falso. Los deportistas de élite suelen tener prohibido mantener relaciones sexuales durante las horas previas a un partido importante, para no perder vitalidad o concentración. Sin embargo, los estudios científicos han demostrado que el sexo no tiene ningún impacto en la fortaleza muscular, la flexibilidad o el tiempo de reacción. Asimismo, se ha descartado que los niveles de testosterona sean más bajos.
Con la edad, la producción de espermatozoides disminuye
Verdadero. El aparato reproductor masculino sufre una serie de cambios con la edad, entre los que se encuentra una menor producción de espermatozoides y una reducción de su capacidad de fertilizar al óvulo. La reducción de la cantidad de espermatozoides almacenados en los testículos también provoca que estos disminuyan de tamaño.
Deja un comentario